Por Jesús Fernández Muñoz (colaborador local de la Fundación Promaestro)
Crónica del Encuentro entre maestros III «Familias: alianza y conflicto», celebrado en Sevilla los días 1 y 8 de abril.
Las familias, al igual que los maestros y los alumnos, son un agente más de los colegios e institutos, aunque muchas veces se releguen a un segundo plano. Por tanto, las alianzas y los conflictos que ocurren en torno a las familias son ciertamente importantes para la educación de sus hijos. Así las cosas, en estas sesiones ha quedado patente el hecho de que es muy importante clarificar las responsabilidades y las necesidades de cada uno de estos agentes: de los maestros y profesores respecto a las familias y viceversa.
De esta forma, aunque la dinámica de trabajo ha sido abierta y dialógica, ha habido una serie de claves a partir de las cuales ha pivotado la reflexión, a saber: ¿cuáles son las expectativas de los profesores sobre las familias y cuáles son las expectativas de las familias sobre los maestros y profesores de sus hijos? En particular, se ha reflexionado tanto sobre las expectativas explícitas como de las implícitas de cada uno de los agentes; de hecho, en la segunda sesión, participó un padre y una madre que expusieron, ante un grupo de profesores, su perspectiva y algunas de sus vivencias y casos particulares, dando lugar a un diálogo muy fructífero y enriquecedor para todos los asistentes. Se pudieron observar algunos de los elementos positivos y fortalecedores y también aquellos más críticos o conflictivos –con casos particulares al límite y muy extremos, pero que con disponibilidad y unión de fuerzas por las partes implicadas son, sin duda, superables–. En particular, tuvo lugar un debate interesante acerca de los aspectos en los que tienen que ponerse de acuerdo las familias y los profesores.
En síntesis, quedo claro que lo fundamental es la buena disposición e intencionalidad de apoyo mutuo así como la disponibilidad-adaptabilidad y sinceridad tanto por parte de las familias como de los maestros y profesores. Sin duda, cada vez son más las complejidades de muchas familias, la diversidad de las mismas es innumerable, por tanto, lo que le pasa a un alumno particular en el aula, su caso concreto, tanto positivo como negativo, tiene mucho que ver con su contexto familiar y también con el escolar, la relacionalidad es total. Hay que ser, pues, conscientes de lo que corresponde a la educación informal de las familias y, por otra parte, a la educación formal del contexto escolar, por tanto, ha sido interesante la diferenciación de roles y funciones, aunque muchas veces los límites no sean claros y se difuminen y, además, se destaquen las sinergias entres ambos agentes.
Asimismo, una de las llamadas más repetidas tanto implícita como explícitamente por parte de los profesores y maestros, así como de los padres y madres, ha sido la apuesta por el sentido común y la sinceridad. Y es que una de las preguntas claves podría ser ¿qué queremos que hagan los alumnos/hijos? ¿Queremos que triunfen o queremos que sean felices? En definitiva, los participantes de este encuentro subrayaban la importancia de la colaboración entre profesores y las familias, una colaboración que hace que ese camino del aprendizaje sea positivo. Al fin y al cabo, se está trabajando con personas y no con clientes, de manera que si la comunicación y colaboración fluye es posible conseguir los objetivos, solucionar los problemas que ocurran y, por supuesto, disfrutar del camino del aprendizaje…