Por Mónica Carrillo Ramírez (colaboradora local de la Fundación Promaestro)
Crónica del Encuentro entre maestros III «Familias: alianza y conflicto», celebrado en Madrid los días 6 y 13 de abril.
Las relaciones establecidas entre las familias y la escuela son esenciales para lograr el fin de la educación que no es otro que el aprendizaje y bienestar del niño; en torno a ellas ha girado el tercer Encuentro entre maestros de este curso 2015-2016.
Estos vínculos, reforzados y sostenidos por los acuerdos, también pueden generar tensiones y no están exentos de dificultades, reflejo de la sociedad compleja en la que vivimos. Enseguida nos vienen a la mente los primeros ejemplos: las «discutidas» notas de los exámenes -sobre todo cuando suspende gran parte de una misma clase-, los cada día más controvertidos deberes, las cuestiones concretas relativas al comportamiento negativo de un alumno, etc. Estos ejemplos ponen de manifiesto la necesidad de generar acuerdos entre docentes y familias que consigan reconducir este tipo de situaciones.
La dinámica partió de una pregunta que hicimos a los maestros y maestras participantes: «¿cuáles son las expectativas de los profesores sobre las familias?». Los docentes expusieron su visión y su experiencia; destacaron el compromiso, la corresponsabilidad y el conocimiento del niño, aceptando sus limitaciones, como claves para el éxito de estas relaciones. Por otra parte, entre los conflictos que los maestros subrayaron durante el desarrollo del Encuentro, cabe señalar la falta de empatía con la labor docente que detectan en algunas ocasiones y los problemas relacionados con la comunicación.
Gracias a la colaboración de nuestros invitados para la segunda sesión, el presidente del AMPA del Colegio Público Infanta Leonor y el presidente del APA del Colegio Concertado Santa Ana y San Rafael, se pudo lanzar la misma pregunta a la inversa: «¿cuáles son las expectativas de los padres sobre los profesores?». Profundizando en la necesidad de una comunicación directa de las familias con los docentes como principal alianza en la educación de sus hijos y a la vez fuente de conflicto, puesto que se considera escasa y poco fluida.
Entre las conclusiones, tanto padres como profesores se sintieron escuchados, apoyados y con ganas de superar las dificultades planteadas. Y es que, aunque muchas veces los casos de conflicto entre ambas partes parecen tener mayor repercusión y visibilidad, lo cierto es que la inmensa mayoría de padres apoyan la labor que desempeñan cada día los maestros en el aula; también éstos se sienten reconocidos y valorados por las familias de sus alumnos.