Por Mónica Carrillo Ramírez (colaboradora local de la Fundación Promaestro)
El segundo Encuentro entre maestros de este curso («Mi aula, mis alumnos: espacios protegidos») abordó las cuestiones relacionadas con los alumnos; aquellos que dan sentido la práctica docente y, al mismo tiempo, son la principal fuente de motivación de los maestros, también de cara a resolver y afrontar los conflictos que se generan en un aula.
A través de las distintas dinámicas realizadas se invitó a reflexionar sobre las limitaciones, las potencialidades, los riesgos y las posibilidades de esta profesión en el día a día. La atención individual y a la diversidad fueron algunas de las limitaciones consensuadas, y la conexión con los alumnos se marcó como el principal riesgo. Por otro lado, se destacó el poder decidir lo que hago en mi aula, el establecer mis propias normas o el re-programar entre las potencialidades de este colectivo.
El análisis de mi “yo docente” permitió que los maestros participantes de distintas etapas educativas pensarán en el tipo de profesor que son partiendo de unas preguntas-guía: ¿Qué emociones siento cuando estoy en el aula? ¿Cuáles son positivas y enriquecedoras para el aprendizaje y el vínculo con mis alumnos? ¿Cuáles son negativas? ¿Soy capaz de compartirlas?
En la segunda sesión de este Encuentro entre maestros se compartieron casos educativos que exigen un análisis profundo y detallado de la situación. De todos ellos se eligió uno, se describió y se fueron proponiendo prácticas que motiven al alumno y que consigan “engancharlo” en el trabajo que cada día se realiza en el aula así como para fomentar el refuerzo positivo que permita que éste se sienta aceptado, comprendido y querido, y posibilite la creación de un vínculo con el maestro.
El desarrollo de estas dinámicas y el análisis de casos educativos puso de manifiesto la necesidad de crear un espacio formal en los centros educativos en el que los docentes puedan compartir los problemas que generan las relaciones con los alumnos y lleguen a acuerdos comunes: así, ante los conflictos que se pueden dar en el aula, los maestros no se sentirán solos ni creerán que las soluciones dependen exclusivamente de ellos. No debemos olvidar que el trabajo conjunto entre familia y escuela es esencial para el éxito educativo (el próximo Encuentro entre maestros, precisamente, girará en torno a la relación con las familias).